
La decisión del Gobierno argentino de reducir de manera escalonada los impuestos que gravan la importación de productos electrónicos podría marcar un cambio profundo en los precios locales de artículos como celulares, televisores y aires acondicionados. Hoy, adquirir un smartphone de última generación en la Argentina puede costar más de un 50% que en países vecinos como Chile. Pero si las nuevas medidas se sostienen en el tiempo, ese escenario podría empezar a cambiar.
Actualmente, los teléfonos celulares importados pagan un arancel del 16%, que se reducirá al 8% en una primera etapa y quedará completamente eliminado a partir del 15 de enero de 2026. A esto se suma una baja en los impuestos internos, que pasarán del 19% al 9,5% para celulares, televisores y aires acondicionados del exterior. Para los productos ensamblados en Tierra del Fuego, en tanto, la carga impositiva se reducirá del 9,5% al 0%.
Con este esquema, el Gobierno busca frenar la escalada de precios en tecnología, alinear los valores locales con los internacionales y acelerar el proceso desinflacionario. El plan también apunta a reducir la brecha de precios con Chile, un destino cada vez más elegido por los argentinos para hacer compras electrónicas.
La comparación con Chile
En plataformas como Falabella o Paris.cl, un iPhone 16 Pro de 128 GB se consigue por 1.149.990 pesos chilenos, lo que equivale a alrededor de USD 1.221 al tipo de cambio oficial de ese país. En pesos argentinos, el producto cuesta $1.405.064 del otro lado de la Cordillera de Los Andes. En Argentina, el mismo modelo tiene un valor de $2.599.999, incluso con planes de financiación. La diferencia, en algunos casos, supera el 50%.

Lo mismo ocurre con otros equipos de gama media y alta, como los Samsung Galaxy o los Motorola Edge. Mientras que en el país vecino se comercializan a precios acordes al mercado global, en Argentina se ven inflados por una combinación de aranceles, impuestos internos, costos logísticos y restricciones cambiarias.
Un Samsung Galaxy A16 5G, por ejemplo, cuesta 169.990 pesos chilenos, lo que equivale a $207.387 en moneda argentina. Dentro de nuestro mercado, el mismo modelo se vende a $398.000.
En Chile, un Moto Edge 50 Fusión 8 de 256 GB se encuentra en 259.990 pesos chilenos. Haciendo la conversión, ese producto cuesta $317.187 en pesos argentinos. Si alguien quiere comprar ese mismo modelo en Argentina, hoy tendrá que pagar una suma total de $665.000.
En tanto, un Huawei P30 Pro8 de 256 GB, cuesta en el país vecino 329.990 pesos chilenos, lo que equivale a 491.175 pesos argentinos. En nuestro país, el mismo modelo se comercializa a $501.000.
En otros casos las diferencias son mucho menores. Un Xiaomi Redmi Note 14 Pro 5G de 256 GB cuesta $451.387 en Chile (en pesos argentinos) y $470.000 en Argentina.
En este contexto, muchos consumidores aprovechan sus viajes para hacerse de estos productos a un valor más accesible, a pesar de las limitaciones que impone el régimen de franquicias de la Aduana argentina.
¿Cuánto podrían bajar los precios?
Aunque aún no está claro cómo impactará la medida en los precios finales, el Gobierno asegura que se podría ver una baja sustancial. Solo la eliminación del arancel del 16% y la reducción del impuesto interno al 9,5% representarían una disminución de casi un quinto del precio de un celular importado.

Según cálculos de MacStation, uno de los principales distribuidores de la marca de Steve Jobs en el país, estos serían los precios para un iPhone 16 Pro Max (256GB):
- Ahora: iPhone 16 Pro Max (256) cuesta $2.630.000 precio total en 6 cuotas, o $2.125.244,00 al contado. Hoy se paga 16% de aranceles, 19% de impuesto interno y 1,6% de transporte.
- Desde el lunes: pasará a costar a $2.288.100 en 6 cuotas, o $1.848.962 al contado. En ese momento, los aranceles serán de 8% (impuestos y transporte quedan iguales).
- En enero: con arancel 0% desde el 15 de enero de 2026, el modelo de Apple podrá comprarse, según el anuncio del Gobierno, a $1.727.823 al contado, o $2.138.190 (en 6 cuotas).
Así, de “punta a punta”, la rebaja será de un 19% en enero.
A eso habría que sumarle el efecto indirecto de una mayor competencia con productos del exterior, lo que podría obligar a los fabricantes locales a ajustar sus márgenes para mantenerse competitivos.
Sin embargo, el impacto no será inmediato. La baja parcial del arancel recién se implementará en los próximos meses, y su eliminación total llegará recién en 2026. Además, persisten otros factores que encarecen los precios, como la carga impositiva general, los márgenes de distribución y la volatilidad del tipo de cambio.
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